Niña con Perro, Alte Pinakothek, München, 1770-1775 |
La magia de la niñez se revive con esta obra. Para aquellos que tuvimos perros desde niños, sabemos lo reconfortante que es tener un compañero fiel, leal y alegre a cada momento del día.
Con esta pintura recuerdo la ocasión que sufrí de rubeola a los 6 años. No pude salir de casa, ni de la cama durante 20 días, mi compañía permanente era mi perra, a quien recuerdo con mucho cariño.
De alguna forma, la sencillez del mensaje en ésta pintura del Realismo Medieval, me conduce a una felicidad auténtica, como el trabajo de Fragonard; hedonista francés capaz de captar la emoción en sus pinturas.
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